AnairArte

Entre las líneas de tu pentagrama. Y no encuentro las salidas  de esta canción desentonada. Porque no las busco, porque no las quiero. Intento permanecer entre el calor de tu garganta y tus latidos. Entre el sabor de tus palabras y mis sueños, todavía en el viento levitando, y que pronto los quiero sobre tierra. Mas no por saciar el capricho de mis ataques ansiosos repentinos si no por la necesidad oculta de hallar mis pies sobre el pavimento, de poder andar firme cuando despierto. No quiero encontrar cabida entre las sobras de tu amor. Pero mis acciones, aunque a veces se alboroten y desfiguren mis intenciones, su realidad es quererte. A pasitos cortos. Y amarte en todas tus maneras, aunque aún me cueste soportarlas a esas, tus lagunas mentales, en las que me hundo hasta flotar. Lapsos un poco fríos, quizás por no ser todavía primavera. Increíble pensar que el fuego y su humo  le pueden más al cristal que su transparencia. Y tan sólo espero  que lo

Y puedo cambiar de inspiración. Porque el corazón a pesar de su constancia es capaz de dar vueltas y de, a través de infartos, detenerse. Observar y desviar sus pasos. Es capaz de borrar las huellas y el eco de ellos, porque aquellas pisadas no eran firmes. No eran más que sombras de arena y sal. Y esos pasos ansiosos quieren hoy hallar su lugar. Hacia donde el sol es cálido y rojizo de verdad. Donde el mar es dulce y no traiciona como las aguas a las que tanto me acostumbré a beber. Porque es complejo, pero a la vez, desafiante. Romper la rutina del masoquismo y el diario color rosa que guardaba de niña, para empezar de nuevo desde los orígenes pálidos de una hoja en blanco. Desde los rincones remotos del alma que todavía nadie ha recorrido. Cristales intactos que nadie ha usado todavía, porque todavía a nadie le había correspondido usarlos... Ni al de la infancia aturdida, ni al de los sueños conformes, pero quizás sí a ti, e