Hoy le encontré la luz al día
Quiero
seguir capturando la belleza del cotidiano.
Las
manos de los poros de tierra seca
De los
artesanos y los agricultores
Que son
escultores
Del
barro.
Quiero
seguirle encontrando la luz al día.
Hay
mañanas en las que los suspiros me levantan de la cama
Y
cuando mi mirada se encuentra con la espesura de las nubes
Mi
espíritu se achica un poco
Y no me
dan ganas de acariciar los cielos.
Pero
hoy, hoy le encontré la luz al día
Y me
sentí perfectamente a gusto.
Quiero
seguir capturando la belleza del cotidiano.
A
veces,
A veces
qué?
Tantas
veces dudo de los garabatos semi-espiralados en mis dedos
Y luego
vuelvo a creer en quién soy
El
momento en el que veo mi rostro en la cara de la gente sin nombre,
Esa que
no tiene voz a mis oídos
Y que
nada más es otra célula en este gran sistema nervioso.
Hoy le
encontré la luz al día
Y
pienso
Y sé
Que
todos somos luz.
Y si
todos somos luz entonces este es un país de ciegos.
Paso a
paso, pestaña a pestaña se me va abriendo algo en el centro
Como
botoncitos revelando una realidad que de a poco
Te
encuentra observándola totalmente desnuda.
¡Qué
impactante es ver la luz por primera vez!
Qué
impactante es pensar que no volverás a existir de la misma forma
Cuando
en ciertas tardes calurosas y pesadas
En la
fragilidad de nuestra mente brillante,
Ansíes
repetir la divinidad de un momento así,
En el
que sobrepasas la gráfica bidimensional del espacio y el tiempo
Y te
conviertes en Dios.
Hoy le encontré la luz al día y no me costó
tanto como otras tardes nubladas.
Hoy le
encontré
La luz
Al día.
Y al
repetírmelo se me prende una chispita en el pecho.
Poco a
poco vuelvo a sentir mi luz expandiéndose hacia mi propio infinito interno
Y
entiendo que siempre fui luz y que siempre lo soy,
Aún
cuando no estoy viendo.
Aun
cuando le temo la oscuridad
Y creo
pensar que las pesadillas son la realidad.
Soy luz
incluso cuando mi imaginación le sirve a mi ego
En vez
de a
La Luz.
Soy luz
incluso cuando creo estar sumergida de manera asfixiante
Bajo mi
más siniestra oscuridad,
Oscuridad
que no es falta de luz sino algo así como
Un
filtro
Que no
deja pasar
los
destellos de sol
Que
nunca dejan de existir
Y que
más bien
dejan
de ser percibidos.
Soy luz
y el pecado no existe.
La luz
es una y es pura;
No se
cae, ni se rompe ni se apaga como una vela
Porque
no tiene fallas,
Sólo
basura y cuerpos extraños que le impiden manifestar su esencia.
Soy luz
y tú eres luz, y ese, el de la maleta llena de huesos y disfraces
Y la
boca seca de insultos
También.
Eres,
Aunque
me duelas y me cueste mirarte los rayitos de luz
Por
tanto esconderte y refugiarte bajo un plano puramente
plano.
Pero
ahí es donde pongo mi esfuerzo y mi fe:
En encontrarte
el rayito de luz aunque te crea de plástico o de piedra.
Y la
probabilidad de que al mirar atentamente y sienta,
Aunque
sea por un instante,
La
calidez de una llama azul que fuera la prueba de que tú y yo somos ramas del
mismo tronco,
Haría valer
cada pena.
Tal vez
el momento en el que perciba sin esfuerzo mis propios rayitos
Sea más
fácil encontrar los tuyos.
Por eso
estoy feliz de que
Hoy le
encontré la luz al día
Y te
quiero hablar aunque me hayas lastimado.
Hoy le
encontré la luz al día
Y me
siento bien porque acepto lo que soy y lo que tengo;
No
necesito más
Sino
Menos.
Hoy le
encontré la luz al día.
Hoy me encontré
la luz entre la culpa y la ansiedad,
El prejuicio
y las vergüenzas.
Y puedo
encontrártela a ti también.
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