¿Dónde estará quien me enseñe a olvidarlo todo...?


Ay amor… ¿Por qué te escondes de quien te busca?

Mas al ser evitado, te asomas tras una puerta,


que lunas atrás fue desapercibida su existencia,


y que así, sin más, de par en par se encuentra abierta…


Sin previo aviso siempre sucede.


Cáptame, sorpréndeme, enciérrame.


Tras celdas que se sellan con miradas


en los ojos de aquel que sea mi amado.


Hazlo ya por favor…


Tras ventanas abiertas sopla tu viento


y encamíname hacia el sol,


líquido oro que yace bajo algún otro universo…


Pero siempre te confundo, a ti engañoso,


que das título al sentimiento más profundo,


y que al creer hallarte, descubro tu ausencia entre mi manos…


¡Deja de enredar tu nombre con el de la amistad!


¿Qué, no ves mi incapacidad de diferenciarte a veces?


La encuentro a ella cuando pienso haberte hallado…


Pero aún peor, hay tiempos en los que nunca logro diferenciarlos,


nunca, hasta el término de mi vida,


que parece llegar cuando intento olvidarlo a él,


y me envuelve, me marea, me desquicia hasta morir.


Ay amor… descúbreme pronto, ¿no ves que frente a ti me encuentro?


entiendo tu ceguera, ya que yo tampoco veo,


pero de igual forma, te siento.


Los dos nos buscamos mas no nos damos cuenta


de que un simple paso nos distancia…


Estamos con los ojos bendados, la mirada perdida,


y de igual manera el corazón, y cada sentido.


Nos buscamos entre cuatro paredes


y aún así, ¡no nos encontramos! No vemos…


Mas, por tu aroma, se que a un respiro estás de mí,


Dime hacia donde voltear mi rumbo… ¿Adelante? ¿Atrás?


¡Oh, manecillas del reloj! sé que girar contra el tiempo no pueden


Pero es necesario y a veces pienso lograrlo…


Aunque intento respirar de nuevo el aire  que me llenó en ese momento,


intento revivir el recuerdo, pero nada es espontáneo


nada es real, aunque trato de hacerlo normal…


Entonces dudo qué será mejor.


Si revivir el momento un instante


que, ingrato, jamás volverá en su forma y esencia.


O quizás saque más sonrisas de mis labios 


al retenerlo como un simple recuerdo,


pero intacto y perfecto, único y sin pensar una vez más


si más páginas vendrán a continuar esta historia en mi mente…


Sí. Eso es mejor. Me alienta a dejar su rostro


 en mi memoria y ahí solamente.


Y de ninguna forma dejaré pasar a algún ser


 por las puertas del corazón, pues cerradas se encuentran


y lo harán hasta ver finalmente tu nombre arrancado de mi pecho.


Quiero ver ese recuerdo ya muerto, agonizando,


que intocable por mi sea, pero que ante el tiempo no pueda resistirse.


Que aquello que fingía inmunidad se desvanezca


 con el pasar de los segundos.


Cual cuchillos que desgarrando mi piel


fría y lentamente acaban con todo.


Sólo así dejaré de revivir tonterías


que hace tiempo yacen y flotan en la nada


como polvo soplado al viento.


Y también así, no se dañará aquel recuerdo.


Su esencia. Su olor.


Lo quiero muerto pero sin daño alguno


pues no trataré de repetirlo o alterarlo


o tocarlo o si quiera mirarlo una vez más.


Mas… Creo que demasiado lo estoy pensando


pues ni si quiera lo estoy sintiendo…


Sólo estoy traduciendo mis neuronas al papel y no el corazón…


Y eso es porque este ya no sabe


lo que será conveniente para su existencia


ni lo que en verdad valdrá la pena.


Lo único que mi corazón hace ahora


es mandarme un aviso de aquel dulce instante


mas no tan dulce como aquella persona


principal personaje del recuerdo que se encierra en mi


y hoy me hace falta…


Y ahí, justo cuando lo pienso así


lo extraño. Maldito sea ese momento de estupidez.


Ya no quiero más esa historia que alguna vez tanto amé.


Odio el papel de esa obra que jugué sin querer.


Y ahora simplemente quiero tener otro papel 


otra obra, que no sea una vil actuación.


Pues por más que intente meter en mi cabeza


que funcionará aquella del final inventado


se que no es verdad y nunca lo será.


Nunca llegará nuestro final hasta donde siempre quise


pues murió en el camino.


Sólo quiero que alguien me enseñe a vivir, a amar,


otras obras, otros finales de verdad.


Oh, destino, oh autor de la Vida que eres Dios,


escribe y narra. Crea de tus dedos una historia


para mi, donde no sea yo quien muera en el intento.


Dame algo inesperado, algo hermoso


tan diferente y bueno como tu nombre…


Ya no algo agridulce y bipolar.



Anaíro.
Agosto, 2011

Comentarios

Entradas populares de este blog

Amor, Amor... ¡Tú! ¡Sí tú!

Cambiando el mundo - Toma #1

Memories